martes, 18 de agosto de 2009

La critica


La critica

Nos han señalado una falta, es algo que, por diversas razones le ocurre a todo el mundo de vez en cuando, aunque quizás alguien critique para ensalzarse
a si mismo. No siempre es así, porque por lo general proviene de personas que velan por nuestros intereses: el esposo dice que la comida ha salido un poco sosa; su mujer le comenta que la corbata no le pega con el traje; un amigo censura por no cuidarnos lo suficiente. O puede que la crítica sea una forma de disciplina de parte de los patronos, o de los padres.
En cualquiera de estos casos se acepta la disciplina con gusto.
Pero hay casos que a muchos les duele que le señalen una falta, otros se enfadan y se resienten, mientras que otros pierden la confianza en sí mismos, piensan: “ Es que no hago nada bien” y se deprimen.
Aprendamos a recibir las críticas sin que duelan tanto, sin tomarlo por la tremenda. Todos nos equivocamos y a veces es bueno escuchar las opiniones de los demás, para así cometer menos errores y corregir lo antes posible los errores del pasado.
Se puede aceptar una crítica con gusto, como una oportunidad de aprender algo y haga una experiencia fortalecedora, como hacer cambios en la apariencia y en la personalidad.
Muy importante es controlar a nuestro peor crítico: No deberíamos ser demasiados exigentes con nosotros mismos, no cavilar siempre en los puntos débiles, seamos razonables cuando nos evaluamos, también pensemos en las cosas buenas que hacemos.
Cuando somos criticados deberíamos de pedir detalles, pedir a la persona que sea más específica, al pedir dichos detalles nos permitirá descubrir exactamente
cuáles son las objeciones e intenciones de la otra persona, queremos saber, quién, qué, cuándo, dónde, por qué y cómo.
Por ejemplo cuando alguien nos dice:”no me gusta tu actitud” Podríamos responder: ¿a qué actitud te refieres? Si la otra persona es lo suficientemente específica, dará lugar a una buena comunicación, y no deseará desafiar. Puede revelar también si la opinión es válida o desmedida. Al ser criticados no deberíamos ponernos a la defensiva y más cuando es injusto, más allá si la persona tiene razón o no, busquemos la razón de por qué desea causar algún conflicto con su manera de comentar.
Nosotros tenemos en cierta medida el control sobre la frecuencia y la severidad con que nos critican, si respondemos con prontitud al critico, hasta pedirle que ya no queremos su opinión, sin que se la hayamos pedido, en vez de martirizarnos, saquemos partido de lo que sí podemos controlar: Nuestra manera de reaccionar, con paciencia podemos soportar ser criticados y suavizar el escozor que produce escuchar o leer.
Todos tenemos defectos y si se observa que no es grave, mejor dejarlo pasar.

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