miércoles, 13 de enero de 2010


¿Perdón?

Él, un hombre arrogante
tal vez... importante
en la cima del orgullo
su vida construyo
el cielo con sus manos
decía tocar,
fiel amante del dinero
del arte de ayudar y respetar
no aprendió.
Si supo pisotear
a quienes
“no éramos de su clase”
Lejos del sentir ajeno
censuro, humillo
lastimo con sus críticas.
Hoy, hoy la vida,
de usted escapa,
negros nubarrones
presagian lo que
le ha de venir.
Difícil es perder
lo que sentía seguro,
fácil equivocar los pasos
y caer más bajo del infierno,
desea, necesita elevarse
no a tocar las nubes,
sino en busca de perdón.
Teme hacer el viaje sin él.
Señor: Hace tiempo me libere
de esa pesada carga,
ya no tengo el alma herida
desde el día que le regale
mi perdón.
Nuevamente está en lo alto,
ahora en un tobogán
liso como un espejo
resbala... hacia el viaje final.



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